¿Soy la única que se ha preguntado por qué el cine continúa sacando remakes a diestra y siniestra en estos tiempos? ¿A caso vivimos en la época dorada de los remakes? ¿A qué se debe esto? Muchos alegan que es por falta de creatividad, pero pienso que debe haber algo más. Dado a mi corazonada, me impuse la tarea de despejar estas dudas que no me han dejado descansar desde hace tiempo.
"Vivimos en el mundo de la autoreferencia, la cita de la cita, de las palabras, ideas e imágenes recicladas. Un mundo donde la copia, la réplica o la reinterpretación de un referente icónico acaban por desplazar al original".
(Silvia Tena Beltrán)
Las dudas surgieron mientras leía el artículo Sobre la evolución de los géneros cinematográficos de Lauro Zavala. En este menciona tres estadios del cine (o al menos así los llamaré yo): el cine clásico, el moderno y el posmoderno. Lo cito:
En cada una de estas tradiciones narrativas es posible reconocer la existencia de tres paradigmas: clásico, moderno y posmoderno. Los rasgos de la tradición clásica se establecieron en los primeros cincuenta años de la historia del cine y se cristalizaron en la década de 1940 [...]. Durante las siguientes décadas, y particularmente en la década de 1960, las vanguardias cinematográficas y las nuevas olas del cine occidental establecieron rupturas frente a esta tradición e intensificaron los rasgos de lo que se conoce como el cine moderno. A partir de 1980 es cada vez más frecuente la presencia simultánea de rasgos clásicos y modernos en los géneros de ficción, que ha dado lugar al cine posmoderno.
En otras palabras, base, transgresión y popurrí. Planeo dedicarle un post a cada uno de estos estadios, pero por el momento es importante mencionarlo porque fue justamente este fragmento el que me generó la primera duda: ¿Cuáles son las características de cada uno? Y eso más tarde me llevó a pensar cuáles son las características del cine actual. Lo primero que saltó en mi mente fue "remake".
Antes de hablar de cine, debemos hablar un poco sobre sociedad, pues el contexto en que se desarrolla algo tiene alta relevancia para determinar su desarrollo. Sabiendo esto, hay que conocer cómo es la sociedad en que vivimos para poder explicar por qué son tan populares los remakes.
Globalización, infoxicación y liquidez
Actualmente vivimos en lo que el sociólogo Zygmut Bauman denomina "sociedad líquida". Esta consiste, en palabras simples, en un mundo tambaleante que está en constante modificación y cuyos cimientos son frágiles. Uno avanza por la vida saltando de una parte a otra, rápidamente y de forma subjetiva. Las cosas ya no son estáticas (por ello que se le llama líquida). Es el momento ideal para vivir lleno de contradicciones, como lo es un católico que cree en el horóscopo chino.
La globalización ha permitido que este fenómeno se desarrolle bastante, pues ahora, teniendo acceso a tanta información alrededor del mundo, las fronteras se estrechan y todo se siente más cerca, aún cuando en verdad está ocurriendo al otro lado del mundo. Tener acceso a todos estos referentes distintos a los nuestros ha permitido podernos identificar con algunos y absorberlos en nuestra propia cultura (apropiación cultural le dicen).
Sin embargo, esta carga abrumadora de información muchas veces puede ser perjudicial. Falta de concentración, cansancio y problemas para elegir la información pertinente (o veraz) son algunos ejemplos que puedo darles sobre la saturación de información (conocida como infoxicación) a la que nos enfrentamos día a día en los medios de comunicación.
Recibimos tantos estímulos que nuestro cerebro no sabe qué hacer con todo eso, lo que lleva a que colapsemos mentalmente. ¿Nunca se han sentido perdidos después de pasar horas frente al teléfono o la computadora? Eso es justo de lo que les hablo.
Mencioné que las redes nos acercan más a otras culturas, cosa que es genial, pero no siempre recibimos la información correcta o útil para nosotros, sin olvidar que también recibimos muchos otros estímulos que repercuten en nuestra psíque. Por ejemplo, el éxito de gente popular en internet.
Y ya que hablamos de eso, junto a la liquidez, podemos ver también reflejado lo que el filósofo Byung-Chul Han nos dice en su libro La sociedad del cansancio: una sociedad dónde todos son libres y deben ser emprendedores, rápidos, productivos, proactivos, originales. Seguro que esto les suena a muchos: actualmente debemos ser los mejores para tener éxito en la vida, tanto personal como profesional. Y con las nuevas tecnologías que nos acercan más a la vida de otros, se genera en nosotros una mayor presión al ver que por detenernos un momento diez más ya nos dejaron atrás.
En un principio eso de la libertad sonaba bien, sin embargo, la “libre obligación que nos autoimponemos por maximizar nuestro rendimiento” desencadena un montón de conflictos internos, como la depresión, el miedo y la mala autoestima. Es decir, esto a la larga provoca la extenuación mental de cada uno.
Como resultado, vivimos exigiéndonos y descuidándonos, envidiando a otros y saturándonos de mil tareas. Sólo para ser reconocidos, para sentirnos bien con nosotros mismos.
Para aterrizar todo lo anterior tenemos un ejemplo claro de lo fugaz y estresante que es la actualidad: las plataformas de streaming. Bastante a menudo actualizan sus catálogos para ofrecer al público un gancho de información. Tenemos tantas opciones y tan poco tiempo para verlas todas... Por ello, los creadores de contenido se apresuran y se esfuerzan para dejar al resto atrás y ser "los elegidos". Tanto la competencia como la presión del tiempo obliga a los creadores a acelerar el desarrollo de sus trabajos, lo que a largo plazo puede repercutir en la calidad de las obras (y su salud).
No podemos culpar a las plataformas codiciosas, el público tiene mucho que ver también. Cada vez es más exigente: demanda calidad, accesibilidad y rapidez, todo en uno solo (resultado de la vertiginosa vida que llevamos). A veces se le olvida que detrás de cada cosa, hay un largo tiempo de preparación.
El remake: ¿una estrategia?
Entonces, ahora sabemos que vivimos en un mundo que nos apremia, que nos incita a ser productivos y, por supuesto, a ser los mejores. Básicamente nos exprimen la vida, la cuál consiste en una continua competencia desde que nacemos hasta que morimos. ¿Qué tiene esto que ver con los remakes?
Bueno, la gente del cine se ve presionada por esto todo el tiempo: ya sea por miedo al fracaso económico, que va de la mano con la constante lucha entre estudios; por las nuevas exigencias dadas por las plataformas online, y por los siempre problemáticos derechos de autor. Es una carnicería.
Todo lo anterior, sumado a lo que mencionaba sobre las plataformas de streaming, ha dado paso a que los creadores opten por revivir clásicos del cine. Estos refritos son una excelente estrategia para cubrirles las espaldas. Para empezar: al tomar alguna película antigua, se ahorrarán tiempo. Tendrán una trama en la que basarse, además de tener una lista de personajes. Eso reducirá mucho el tiempo y podrán enfocarse en otros elementos como sería un mejor desarrollo de los personajes.
La escritora y productora Bridget Terry menciona otro: "[....] las películas requieren una gran inversión económica, así que apostar por contenido no original minimiza el riesgo de no recuperar, como mínimo, la inversión realizada”. La gente tendrá curiosidad de ver qué hicieron con su película favorita de antaño, lo que asegura que se venderán muchas entradas (al menos en un principio).
Hablando de antaño, entra en juego un tercer elemento: la nostalgia. Es un sentimiento poderoso en las personas. Con todo lo abrumador que puede llegar a ser el mundo en ocasiones, a veces es agradable refugiarse del mundo en lo que uno tanto quiso en algún punto de su pasado. ¿Y qué mejor que compartir algo que te hizo tan feliz con las nuevas generaciones, para que experimenten (casi) la misma emoción que tú?
No sólo apelan a emociones positivas, sino a otras como el miedo a lo desconocido. Aunque más que miedo, le diría "irse por lo seguro". Citando nuevamente a Terry: "La audiencia prefiere ver algo que les gustó, antes que probar algo nuevo. Es por esto que el universo Marvel funciona. Los espectadores esperan con devoción cada entrega". Con eso puedo recalcar que no sólo aplica para los remakes, sino también para las sagas. Ellos ya conocen las impresiones que dejó el original en la gente, por eso es mejor apostar por la nostalgia y lo conocido. Además de que da cierta comodidad mental al espectador: en lugar de molestarse en pensar qué ver, repite.
Ahora, ¿estoy de acuerdo? No se trata de estar o no de acuerdo, sólo pienso que se van demasiado por lo seguro, ya que cuentan con una audiencia preestablecida, y el elemento creativo se reduce en cierto porcentaje. No estoy en contra de los remakes, hay bastantes que me han gustado, sólo digo que soy una persona a la que le gusta mucho explorar nuevas historias.
Originalidad y el arte del remake
Dije que me gustan las nuevas historias, lo que se puede traducir en cosas originales, ¿pero a estas alturas algo se puede considerar realmente original? Los nombres cambian, los lugares también, pero las tramas suelen ser parecidas si las vemos de una forma muy general. Como ejemplo está lo que mencioné en mi review de la última película de Bob Esponja, cuando comparaba su trama con la de la primera película. Si la vemos en términos generales, el villano obliga al protagonista a viajar muy lejos para quedarse con el tesoro, pero al final su plan sale mal y el protagonista salva el día. Pese a lo dicho, seguimos viéndola como algo distinto. ¿Qué ocurre?
Pienso yo que lo interesante, lo que nos hace querer ver algo de nuevo sin tomar en cuenta el "ya lo he visto antes" son justamente los detalles. Puede llegar a ser predecible, claro, pero también puede maravillarnos.
A esa parte mágica del cine le llamo visión. En otras palabras, es el punto de vista desde el que se aborda algo. Puede que siempre sean las mismas tramas, pero nunca habrá dos directores que tenga la misma visión de esta. Aunque nos sigan contando historias que pensaríamos que ya fueron contadas (ejemplo, los refritos de Disney), lo hacen de tal forma que consiguen engancharnos y sentirlas como si fueran únicas y novedosas.
Se debe aplaudir esto. Puede parecer sencillo pero el remake es todo un arte. Si bien ya tienen bases para la nueva historia, luchan en contra de la expectativa de la gente. ¿Cómo es esto? Toda película, original o remake, obviamente genera cierta expectativa en el público, la cuál variará dependiendo de la publicidad. Sin embargo, los remakes tienen más en contra, sobre todo si son de películas que fueron un boom en su momento. El público, quien ya conoce la historia, tendrá expectativas más altas basadas en lo que ya vieron (y sintieron).
La siguiente pregunta que surge es: ¿Cómo lograr satisfacer al público? Randy Greenberg, productor de películas como Cowboys vs Aliens y Megalodón, opina que "no hay una fórmula infalible, pero diría que el secreto para que este contenido no original funcione es hacer que la gente se identifique de nuevo con él. Y una manera de hacerlo es cambiando la historia o el final para que sea más honesto y auténtico”. Y no debemos olvidar que para hacer que se identifiquen, siempre es útil hacer una adaptación al contexto actual con el fin de que el espectador lo sienta más cercano a él.
Para concluir, podemos resumir todo en que vivimos en la Era de Oro de los remakes debido a que este es el "más apropiado" para nuestro contexto, en el que se exige rapidez, eficiencia, comodidad y capital.
Nei DaCosta
Algo me dice que después de leer este post, también se sentirán un poco infoxicados.
Fuentes consultadas:
El ataque de los remakes y las sagas: ¿Por qué Hollywood no apuesta por guiones originales?
La bancarrota artística detrás de los remakes y live actions
Beltrán, S. Revisitando los clásicos: el remake como subversión del discurso de autoridad y otros simulacros de lo real. Museu Nacional d’ Art de Catalunya, Barcelona. 211-220 pp.
Zavala, L. (Oct-Dic 2013). Sobre la evolución de los géneros cinematográficos. La colmena, 80. 131-138 pp.
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